Déjame escucharte y te diré como eres…

Déjame escucharte y te diré como eres…

Un estudio demostró que según, como los locutores hablemos, nuestros oyentes podrán obtener una imagen de nosotros casi que de manera inmediata. Este estudio esta bastante interesante, ya que según como te expreses al aire el oyente podría imaginarse, si eras bajo o alto, moreno, etc. Tanto así que, la clave de todo esto seria demostrar al hablar “inteligencia, simpatía, sinceridad y equilibrio emocional”.

¿Sabias que estudios demostraron que tu voz podria describirte físicamente?

En 1989, en la Universidad autónoma de Barcelona, Angel Rodríguez Bravo. Hizo un estudio para demostrar que el control de los rasgos vocales de los locutores radiofónicos permitía proyectar en la mente del receptor, representaciones controladas de la imagen real del emisor. En definitiva, trató de definir, empíricamente, los parámetros que componían la expresión autoacústica de la voz humana profesional. Esto lo pudo deducir a través de la expresión autoacustica.

La expresión autoacústica:

 

Son todos aquellos rasgos de la voz que transmiten información sobre la imagen física de su emisor. Para ello, categorizó la expresión autoacústica en torno a cuatro aspectos, englobando en cada uno de ellos el tipo de información que pueden llegar a transmitir:

Ideográfico:

(vinculado al aspecto físico de los emisores)

Caracterial o afectivo

(relativo al carácter del emisor o suactitud emocional)

Encuadrativo

(relacionado con el entorno social)

Sintomático

(el relacionado con trastornos físicos o psíquicos)

Como se compara la voz con la forma física:

 

Los resultados extraídos de la primera fase del análisis estadístico, aportaron conclusiones de gran interés para nuestro estudio. El autor concluyó que los oyentes eran capaces de formarse con coherencia y precisión, una imagen sobre el aspecto y el carácter de los emisores de las voces que escuchaban. Además, los niveles de coincidencia entre sus juicios resultaron superiores a los esperados por el azar. De forma que el autor pudo establecer una serie de relaciones entre las características de emisión de una voz y la proyección de una imagen física determinada.

Esto le permitió concluir que:

 

  1.  “La seguridad en la voz es un indicador de la buena forma física. Por tanto cuanto más segura sea una voz más atlético será su propietario; del mismo modo cuanto mejor timbrada esté la voz del locutor mayor será su atractivo físico. Y sumando estas dos condiciones cuanto más segura y mejor timbrada esté la voz del locutor, más distinguida será la imagen que proyecte.
  2. Una actitud apasionada y prepotente en la locución proyectará una imagen de alguien grande. Mientras ser imaginado como alguien pequeño y tierno habrá de construir con la voz una actitud lo más fría y humilde posible.
  3. Una voz con actitud segura y extrovertida generará en el radioescucha la imagen de un locutor/a de aspecto ágil y atlético. Y, contrariamente, la inseguridad y la introversión sugerirán al receptor un locutor de aspecto raquítico y torpe.
  4. Las voces construidas con actitud humilde construirán la imagen de un locutor de ojos claros, piel clara y pelo rubio, y contrariamente, cuando el locutor adopta una actitud sonora prepotente, su imagen es reconstruida con el pelo moreno, y la piel y los ojos oscuros.
  5. Las voces gruesas crean en la mente del oyente personajes de aspecto endurecido y maduro, con los ojos oscuros, el pelo moreno y de piel también oscura; una voz fina hará que el locutor sea reconstruido por los receptores como un individuo de aspecto aniñado y tierno, con el pelo rubio y la piel y los ojos muy claros.
  6. La edad con la que los oyentes se imaginan a los locutores está asociada a la separación entre los formantes altos del espectro. Cuanto más separados estaban los formantes de mayor edad era imaginado el locutor. Cumpliéndose también, la relación inversa”.

La conclusiones del autor en relaciona a la voz de un Locutor

 

Los resultados pusieron de manifiesto la definición de los juicios emitidos por la muestra y la coherencia y la concreción con que los receptores definían las imágenes mentales que crearon de forma común entre ellos. El autor pudo demostrar así la relación directa de los aspectos sonoros de la voz con el código ideográfico, que él mismo había planteado. Argumentando que los juicios de la muestra tenían una relación de dependencia con la actitud o versión que hubiera adoptado el locutor, pudo concluir que las valoraciones de la audiencia dependían de la competencia de los locutores para manejar las formas acústicas. Según el autor, el dominio de estas competencias permitía a los locutores tener la habilidad para sugerir diferentes imágenes de ellos mismos. Sin embargo, las imágenes creadas en las mentes de los receptores no tenían por qué corresponderse con la realidad.

 Rodríguez descubrió que la voz del locutor será mejor aceptada cuando consiga transmitir en ella: “inteligencia, simpatía, sinceridad y equilibrio emocional”.

La sinceridad de un locutor se refleja en el timbre, así a más percepción de armonía y transparencia, mayor percepción de sinceridad. Por otra parte, el equilibrio emocional se extrae del grado de tensión de la voz. Es por ello que no debemos dar importancia a nuestros problemas personales en el trabajo. La locución debe ser agradable,“una actitud del locutor lo bastante tranquila y amistosa como para que consiga un sonido relajado y cálido”. El oyente
sistemáticamente recrea imágenes mentales del aspecto y el carácter del locutor, o si por el contrario se concentra en otros aspectos.

imagínate como te verán cuando hables de tus problemas o incluso cuando hables mal de una persona.